1. ¿El divorcio la única solución?
Si bien el divorcio es una decisión personal y solo tu puedes saber lo que es mejor para ti.
No obstante, es importante tener en cuenta todos los problemas que pueden concluir el matrimonio. ¿Está estresado por problemas financieros, otra pareja, problemas de salud, desempleo, infertilidad o muerte de un ser querido? Cuando un matrimonio está bajo estrés extremo por factores externos, cualquier cosa puede ser un desencadenante.
2. ¿He hecho lo suficiente?
Hay una gran diferencia entre un matrimonio infeliz y uno infranqueable. A veces hay que considerar trabajar más allá de lo que es normal, como por ejemplo, yendo a terapia de pareja antes que un abogado. A veces, un enfoque diferente podría funcionar.
3. ¿Es el sexo el problema?
Muchos matrimonios se disuelven por falta de intimidad o por una vida sexual poco saludable. La comunicación abierta y franca con tu pareja será importante. Habla con tu pareja sobre las cosas positivas, lo que consideras un reto y estáte abierto a las críticas. Si aún queda una chispa, vale la pena preguntarse: «¿Puedo volver a encenderla?”
4. ¿Hay alguien más?
Asuntos, flirteos, micro trampas o romances son otras áreas grises incómodas. La mayoría de los asuntos no duran, pero pocas parejas lo superan. Sin embargo, si quieres trabajar en tu matrimonio prepárate para trabajar realmente en esos problemas.